viernes, 11 de agosto de 2017

Edad

Dicen que el amor no tiene edad, pero yo sí creo que hay límites. Que un hombre de 50 años esté con una mujer de 30 no es amor ni que una señora de 60 esté con u  hombre de 25 años. Que un hombre de 70 quiera una mujer de 40 aún me choca, y que un hombre llame vieja a una mujer de su misma edad me parece una burrada como una catedral.

Claro que no todos somos iguales y que puede que haya excepciones, pero yo sí creo que una pareja amorosa sexual que se lleven más de 10 años no es compatible.

lunes, 7 de agosto de 2017

Amantes, ¿por qué no?

Recupero uno de mis artículos publicados en  el año 2013 en el Instituto Espill, en el blog actualmente desaparecido.

En la era actual, donde parece prevalecer el matrimonio, la pareja y la
familia, no todo el mundo tiene la fortuna de poder haber encontrado su
media naranja ni nadie con quién iniciar el proyecto socialmente
impuesto, entonces, ¿por qué no ser amigos con derechos, o, mejor
dicho, ser amantes?

Sí, ahora que se acerca San Valentín, una fecha muy romántica y conocida por
todos, vemos que en los comercios empiezan a aumentar las ventas de
bombones, flores, lencería picante y erótica, discos compactos, y otros
productos para las parejas de enamorados y casados, así como en los
restaurantes y hoteles se elaboran ofertas de cenas y estancias, packs y
promociones especiales para poder celebrar este día.
Sin embargo, no todo el mundo tiene la suerte o fortuna de poder disfrutar de
este día en pareja, o quizás los 364 restantes del año. Muchas personas no
han podido avanzar o tener relaciones amorosas tal y cómo deseaban, han
finalizado de forma que no esperaban, han sido rechazadas o no han podido
encontrar la persona adecuada para ello, entre otros muchos casos existentes,
haciendo otro tipo de vida diferente, de forma más egoísta para muchos que
viven en un hogar de mínimo dos personas, de forma quizás más autónoma,
solitaria, independiente o, tal vez, la que ellos y ellas mismos eligen. ¿Son por
ello, por no haber seguido la norma y modelo social más común, discriminados
y relegados del afecto y placer sexual compartido?

Si bien es cierto que una pareja requiere tiempo, predisposición, pérdida de
autonomía, muchas veces sacrificios por el otro y conlleva a un nivel de
compromiso que no todos desean ofrecer o, muchas veces, no es compatible
por motivos de trabajo, estudios o interés de compromiso (incluso de
convivencia) por ambas partes, no por ello se debe renunciar a mantener una
relación con la persona que nos gusta o deseamos, si entre ambos hay interés
de verse y disfrutar juntos, especialmente, del sexo. ¿Por qué no ser “amigos
con derecho a sexo”, o mejor dicho, amantes?

Este tipo de relaciones no requieren de una formalidad ni exclusividad impuesta
por la sociedad, sino por la que ambos individuos decidan. No se trata de tener
que ir juntos a todas las comidas familiares, verse todos los días, estar
pendiente de a qué hora va a salir del trabajo, convivir diariamente… quizás no
sea tan romántico, bonito, riguroso y, especialmente, genere una dependencia
entre ambos, pero sí es seguro que puede ser muy agradable de disfrutar de
momentos, veladas, encuentros, salidas, actividades…siempre de forma
pactada, con el nivel de compromiso que ambos deseen en la relación, siendo
abierta, cerrada, a nivel exclusivo, de fin de semana, esporádicamente,
simplemente sexual o no…que quién sabe, quizás en un futuro la historia
cambie, y resulte más seria de lo esperado, pero que no es ese su objetivo
inicial.

Porque no todo el mundo está dispuesto a estar en una relación por inercia, en
la que quizás se ha perdido la pasión inicial, sigue en ella por tiempo o por lo
que pueden decir los demás, así como por los hijos, en la que, por mucho que
lo haya podido intentar, ya no siente nada más por la persona que en su día fue
su vida entera, por mucho formalismo y presión existente… Aunque hay que
tener en cuenta que muchas de estas personas, ya casadas, conviviendo en
pareja o con compromisos muy formales, no desean o son capaces de cambiar
su situación, ya sea porque les resulta muy difícil renunciar a un cambio que
quizás podría cambiar su situación económica (pérdida de bienes o posesiones
materiales), o especialmente, social: pérdida de estatus, posición, miedo a qué
dirá la familia, los amigos, hasta los vecinos u otros menos cercanos… y siguen
con la rutina del día a día, con una doble vida secreta, en la que sí se permiten
mantener este tipo de relaciones sexuales, esporádicas o frecuentes, con una o
varias personas, tanto hombres como mujeres, que suelen desconocer esta
situación, o si la conocen, no les importa ser cómplices de ello, pero no voy a
entrar en las cuestiones éticas de cada uno/a, aunque sí preguntar: ¿harías a
los demás lo que no te gustaría que te hicieran?

El placer compartido puede vivirse de múltiples formas, y tener un amante, no
es peor ni mejor forma, ni siquiera debería ser comparado a tener pareja, ya
que es un tipo de relación completamente diferente, basada en unos intereses
y con unos propósitos diferentes, de índole puramente sexual, y con la que,
quizás, pueda ser la mejor manera de poder gozar y disfrutar del sexo

compartido, bajo unas normas y acuerdos que sus miembros decidan y pacten.

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