viernes, 11 de octubre de 2019

No a los odios

 Empieza a ser un poco trsite que a día de hoy, tanta gente afirme o diga mentiras de cosas que no son, o tome inciiativas promoviendo cosas negativas, desde el hecho de que el que haya turismo haga que el país empeore, o que el matrimonio por amor sólo sea de los pobres, o que según por lo que comas, seas mejor o peor persona.

Hay ciertos colectivos, ideas o hechos que han hecho que aumente el odio en la humanidad, tanto desde el tema de peso (gordos que odian a los delgados y delgados que odian a los gordos), homofobias, criticar a la gente por su pasado sexual (o incluso sus gustos, si son cosas sanas - aunque el tema violaciones es realmente algo a debatir y concienciar cada vez más-), hábitos o incluso, por el horóscopo (se ve que si no eres piscis no eres de los que te mereces el amor verdadero, según algunas "religiones o disciplinas", como si los demás fuéramos aves de paso).

El odio hacia las diversas razas han aumentado, la gente incluso, por el tipo de ropa que utilicen, es discriminada, incluso en países avanzados europeos, que están adoptando a veces conductas irracionales, como el seguir viendo superior la raza blanca, o a veces, el que no seas sudamericano no implica que no seas una persona afectuosa. Personas que visitan otros países no se merecen el odio de los habitantes de dicho país, y quizás, hay personas tan adictas la sexo, que el dicriminar a alguien más prudente no ha sido la respuesta idónea ni correcta, así como la creciente existencia de colectivos que no aprueban las relaciones sexuales, o al contrario, imponen orgías efímeras en contra de los valores matrimoniales o gustos personales, como si tuviéramos que ser máquinas que usáramos la misma camiseta sin ser el uniforme de trabajo, o ponernos los mismos zapatos de tacón para ir a una fiesta.

¿Qué estamos ganando con la discriminación por diefrencia o la semejanza por iguales? La verdad nada. La gente empeora, la falta de tolerancia hace que se jueguen eternos partidos de fútbol, y el no poder opinar,  a veces, con finalidad constructiva, está conllevando a la ignorancia e incultura: ni nos vamos a teñir siempre e rubias, ni usaremos las mismas bragas todas, ni seremos feminazis que odien a los hombres y no toleren el turismo o las depilaciones.

Y a veces, meter la pata es humano (de cosas qué sabemos), pero por favor, lo menos posible siempre es más adecuado que hacerlo continuamente con la misma piedra.

No será lo mismo preguntar para saber, que afirmar algo que no es.

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