O ser madre, o ser padre, quizás no siempre son dos personas.
Hay gente que lo vive como un sueño, otros, como una frustración, otros felices, otros, obligados. No siempre es de la misma forma.
Sólo decir que es una responsabilidad, un cuidado para toda la vida, un día a día, y un hijo o hija, como alguna vez escuché, no es un perro o gato: hay que llevarlo al médico, peor crecen más, van al colegio, estudian, comen, piensan, viven, quieren cosas, tienen sueños, y hay que ayudarles, cuidarles, mimarles, y sobretodo, quererles, aunque, está claro, con el amor no basta.
El cuidado durante el embarazo es fundamental, la forma de alimentarles, de enseñarles, al menos, hasta los 18 años, recae completamente en el adulto, sea tutelado, propio o acogido. Los cuidados de la madre durante la gestación pueden prevenir o fomentar alteraciones física o psíquicas, ya que está claro que factores como el alcohol, el tabaco, los alimentos, influyen, así como el ritmo o nivel de vida. Asimismo, y aunque no lo parezca, la prevención, la educación, el mimo, y especialmente, el amor, son necesarios de forma diariamente, de una forma u otra, aunque algunas veces se utilice el castigo: no todo vale.
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