Quizás puede sonar a muchos en estos tiempos tan revolucionarios y diferentes que la belleza y la salud no duran, que no es necesario, que no es síntoma de bienestar porque hay que quererse así como es, pero, ¿realmente es así?
Cada persona es diferente, aunque en algunas cosas podamos ser como otras. La esencia es única, individual, le pese a quién le pese, aunque nos guste un mismo vestido, peinado o reloj: la persona es diferente, no se puede ser igual al 100%
Imagino que el tema de pelo corto, largo, rapado, etc es muy personal, igual que si nos pintamos las uñas o no, pero un mínimo de higiene y estética siempre es necesario y bien recibido.
Preferimos estar limpios a sucios, aunque quizás no vayamos recién duchados a la clase de gimnasia, o al partido de fútbol con los amigos, que las uñas se mantengan limpias y bien cortadas a que estén negras y amarillentas, que los dientes se conserven y se limpien diariamente, y que si hay que ponerse algún implante, no nos cueste, porque es peor tener una boca enferma que un diente (o 2 o 3) artificial.
Por eso, muchas veces, estética, belleza e higiene van unidos a la palabra salud: no es tan banal como puede parecer, es, realidad y realismo.
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