Aunque estamos en pleno siglo XXI y nos parece muy bien que haya progresos, libertades, diferentes visiones y más libertad a la hora de hablar de sexo, lo que sí a veces deberíamos plantearnos es la sexualización que se está dando en personas, situaciones, contextos no debidos.
Si está bien que un/a adolescente tenga más conocimiento que antes sobre la sexualidad, métodos, posturas, etc, no creo que sea no haber perdido la virginidad antes de los 12 años, por muy madura que pueda creerse o sentirse. Las películas de Disney, por románticas que sean, no hacen referencia a la sexualidad más que en besos, abrazos que pueden ser observados por todos los públicos, y las cantantes adolescentes adoptan gestos y visten más sexuales que de lo que debieran para su edad. Quizás sea un poco "abuela", pero en mis tiempos, las Spice Girls, Britney Spears y Christina Aguilera eran más recatadas, bailaban coreografías que muchas queríamos imitar (y lo hacíamos) y eran más inocentes que lo que nos están vendiendo hoy.
Diversas poses, gestos, prendas, fotografías son más sexuales de lo que debieran, a veces, en contextos no adecuados. No siempre que escribimos a alguien pretendemos algo sexual, ni todos tenemos la bisexualidad desarrollada, y ser agradable y/o simpático/a no implica querer ligar. Sentir placer no siempre es placer sexual en todos, ni llevar ropa bonita implica que vayamos a salir a ligar. Y no enseñar escote no implica ser lesbiana ni musulmana.
Hablar de sexo no siempre tiene connotación ni repercusión don doble filo, ni queremos probar todo, como alguno/as estarían dispuestos.
La libertad está bien, pero hasta cierto punto, no es igual siempre en todo/as, ni siempre estaremos de acuerdo en todo, aunque sí, por lo menos, en lo legal, moral, ético, y sobretodo, en contra de abusos y en general, de la violencia de género.
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