Amor y sexo

Siempre hablo de estos temas porque la verdad, me preocupan y me gustan.

No siempre tenemos menos de 18 años o estamos en situaciones nefastas en las que el cariño es lo que nos llena, o sólo la ilusión.

Dentro de la normalidad, en las relaciones amorosas (o estando solo/as), aparte de afecto si se siente (porque hay mucha gente que no siente afecto ni sentimientos) el sexo es un ingrediente vital y necesario para darle vida a ellas. No siempre estaremos dispuesto/as o con ganas, porque a veces el estrés o cansancio o poca motivación o malas épocas (u otras miles causas) puede repercutirnos, pero es fundamental tener una buena sexualidad placentera y consentida por ambas partes y disfrutar de ella.

Juegos de 2 (o a veces de 3 o 4, dependiendo las situaciones) son necesarios y llenan a la pareja amorosa, de placer, disfrute y diversión. No siempre querremos hacerlo todo o habrá censura, ni estaremos dispuestas a probar según qué experiencias, ni relacionarnos con todo el mundo de esta forma, ni hay que castigar a gente que desee disfrutar sólo porque otras personas no tienen el mismo punto de vista o gustos, si son cosas legales y consentidas, sólo porque haya gente que no esté de acuerdo, ni involucrar a todo el mundo en juegos o cosas que quizás no están dispuesto/as.

Quizás una compra interesante en un sex shop no sea bien vista para todo el mundo, pero no es ni un pecado ni un delito; para otro/as, una noche placentera en un hotel con un amante les llena más que una relación diaria afectiva, y mientras sean sincero/as, nunca debería ser algo mejor ni peor que lo otro. Igual que hay gente que adora grabarse haciendo prácticas sexuales y otro/as contar historias sexuales en libros, otro/as ver películas eróticas y/o pornográficas, y otro/as, simplemente arreglarse y ponerse unos zapatos nuevos  y besar a su pareja mientras bailan juntos.

No siempre será 1894, ni la Inquisición castigadora, ni el cuento de la criada sin hombres, ni un prostíbulo donde hay que pagar para tener relaciones sexuales. Libertad sí, pero legal: está claro que ponernos a tener relaciones sexuales en medio del hall de la Universidad  o del centro de trabajo no es adecuado.