sábado, 1 de mayo de 2021

El entorno social, ¿positivo o negativo?

 Bien, sabemos que el socializar, hacer vida social, tener relaciones sociales es sano, etc pero, ¿es siempre así?

Pues no.

Puedes tener un entorno sano o negativo, dependiendo no sólo de lo que hay, de lo que se percibe y se ve, sino también, de lo que sientes, o de con quién te relacionas. Teniendo más o menos dinero, eso no tiene nada que ver. 

Quizás en un momento determinado tuviste un entorno de tu agrado, y siempre lo puedes volver a tener, pero piensa que no siempre lo que digan los demás, hagan, o realicen, es lo que te conviene, y a veces, lo que te gusta o puedes hacer. O te conviene. Y siempre será mejor con ejemplos.

Si bien ir un día a un sitio de lujo a comer es interesante, quizás no lo puedes permitir diariamente, y si tu círculo social tiene esa forma de relacionarse, quizás debes ir con otras personas, porque a lo mejor no te interesa gastar diariamente 30 euros en una comida para una persona, aunque una vez a la semana, al mes, a los 3 meses... pueda ser un evento magnífico.

Si alguna vez tuviste una pandilla a los 15 años con los que bebías, hacías botellón, fumabas y te intercambiabas las parejas, quizás con 30 años no es lo que deseas, y aunque puedas rescatar amistades de ese círculo, quizás ahora desees otro estilo de vida más saludable y realizar otras actividades en grupo. Y al revés, porque hay gente que se cansa de estar siempre de "niño/a bueno/a" y quiere realizar esas cosas...

Quizás era divertido una época determinada ir de compras todos los sábados a los centros comerciales, con el grupo de amigas, pero ahora prefieres amigas menso derrochadoras y poder ahorrar más y hacer más actividades que no sólo lucir ropa o fardar de tener lo nuevo en tu armario, aunque no fuese de tu gusto.

Quizás tuviste un entorno que te ha discriminado por no ser madre, o cuyas ideas religiosas o cerradas te han impedido el avance en tu vida, y conviene encontrar gente de otro estilo con quién te sientas cómodo/a y poder tener una buena vida, sin oír tantas historias absurdas.

Quizás estabas en un entorno en el que no se quería progresar, que se conformaban con la comida familiar de los domingos, y trabajar para vivir, y al revés deseabas vivir y tener un trabajo a la vez que vida tras él, tiempo libre del que disfrutar de miles de formas, y tuviste que cambiar incluso de sector o empleo, para conseguir tu felicidad.

Quizás la gente no daba importancia a las cosas materiales y tú no querías estar sin casa ni desnuda, y tuviste que dejar de lado tantas salvajadas o personas primitivas que se conformaban con una vida de poligamia sexual y drogas, que no era lo que deseabas. Y al revés, otras personas buscan un estilo de vida más libertino, y hay que respetarlo.

Quizás tu vida con un novio aburrido, que no te traía ni yogures del supermercado  ni te llevaba a la ópera, a escalar, y sólo evaluaba tu forma de proceder en el sexo y te amenazaba con la infidelidad si no hacías lo que quería era lo que te llenaba, y convenía ir a más citas, o conocer más hombres, y esperar el que te enamorase y te llenaba, antes que seguir en eso o ir de mal en peor, sólo por probar.

Quizás no eres una persona sociable, pero el día que encuentras personas de tu agrado, te muestras más extrovertida. O quizás eras la reina dela fiesta, y luego decidiste pasar a un segundo plano, a vivir una vida más tranquila, siguiendo tu trayecto, y no por eso, eres demente o insano/a.

Quizás no siempre la gente tiene la razón en todo, y a veces, salir del círculo social en el que te vuelves, aunque se incluyan familiares o se limiten las visitas y conversaciones con padres e hijo/as, sea lo adecuado en muchas personas. 

A veces, un profesional tipo psicólogo/a te puede ayudar, si no encuentras la amistad adecuada, ya que no se trata de imponer, sino de ayudar a la persona a encontrar el equilibrio.

Porque no siempre esas personas que te trataban de perro, de estiércol, te llamaban fea, gorda o puta te hacían feliz, y era conveniente finalizar esas relaciones que te conllevaban a la nada, y que, precisamente, no era tu objetivo.

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