Comento: la desesperanza puede frustrar a muchas personas, acabar con ilusiones, descartar sueños, responder inadecuadamente. Y sin embargo, no estamos muertos, en la caja del cementerio, o esparcidos en el mar. Aún vivos, hay una vida que disfrutar.
Si bien el ayer está presente, queda reflejado y ha ocurrido, el presente es hoy y hay un mañana. No tenemos por qué repetir algo que no nos gusta, o no nos lleva a nada, ni seguir con según qué, como, ni quién. Tampoco vivirlo todo en un día es posible, ya que no podemos viajar, ir al trabajo, ir a clase o limpiar la casa a fondo en un mismo día . A veces limitados, y hasta pienso en quién está en la cárcel, que, aunque encerrado, puede cambiar con terapias y educar en estilo de vida diferente, el mañana siempre está mientras abras los ojos cada día, y puedas ver que hay tanto por hacer, vivir, disfrutar, tener y experimentar, que puedes elegir, que puedes seguir, cambiar, modificar y reinventarte.
Y que a veces, una derrota es el camino a la felicidad, a una nueva vida, a una mejora, a tus sueños. Y sí, sigamos, porque al cementerio, antes de tiempo, sólo van los muertos.
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