martes, 8 de marzo de 2022

Sexualidad enferma, no

Tras el covid, si bien es sabido que hay movimiento global y, en principio, mejora, resulta que no todas las personas están sanas sexualmente.

Desde quienes confunden sexo con comida (y no porque estén sus órganos dañados, sino por cubrir sus necesidades con la comida), hasta casos de zoofilia grabados en cinta y reproducidos a públicos no muy saludables, los pensamientos, creencias y comportamientos insanos sexuales siguen existiendo.

Reclamar un aumento de sueldo o puestos de trabajo a cambio de sexo, intentar hacer creer que hay personas con óvulos no sanos, ocultar vih, no aceptar a homosexuales y bisexuales como padres aunque sea legal, seguir humillando el condón por existir la píldora como si fuese la panacea en según qué casos, obviar que hay menores que tienen relaciones sexuales y puede que hayan abortado o haberse infectado por infecciones de transmisión sexual, intentar eliminar la sexualidad sana por no ser aceptada por todos, obligar a alguien a mantener relaciones sexuales sin consentimiento, rebajar a multiorgásmicas como si fuese pecado, pensar que sólo alguien puede acostarse con alguien y a otra persona, aunque sea atracción mutus, se le prohibe por ser "propiedad" sin serlo del primero, hacer un negocio de las atracciones, considerar sólo bien vistos matrimonios y familias con hijos (aunque no se quieran y no sean felices), pensar que cualquiera puede gustar a alguien, creer que sólo hay un buen amante en el mundo, que el amor sólo florece entre profesionales ddl mismo sector, que a según qué edad el sexo está bien visto y en otras sólo hay que salir a cenar....

Pues esas, y más, son mentiras que esta sociedad debería intentar erradicar y abrir los ojos, y volver a ser lo que era, al menos, en un pasado reciente: más libre, sana, diversa, personalizada, aceptada y normalizada. 

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