Muchas personas con discapacidad, especialmente mental, repudian mucho a personas que no son como ellos. Aumento de precios, agresividad, querer ser más que los demás, desobediencia en normalidades... Y si se tratan de cuestiones amorosas y/o sexuales, aun aumenta más la problemática existente.
Hay que saber poner límites. Saber comunicarse adecuadamente, verbal y no verbal, porque no todo el mundo entiende o comprende, y personas discapacitadas, aun más.
No es malo limitarles. No es malo recordarles sus errores, como a todo el mundo. No es malo explicarles que son uno/a más, y que no se merecen en según qué, o quién, más que los demás. O que algo no lo pueden hacer, o que no siempre, van a gustar. Ni se es menos por no acostarnos con ellos o ellas, aunque muchos lo hagan.
No siempre hay que dar más por set especiales. O eliminarles, claro. Topez. Límites. Y continuar.
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