Sigue resultando inmoral, pero también, excitante.
Pagar, hay que ver el precio. Puede que haya descuentos. Ofertas especiales. Promociones 2x1....
Al grano. Hombres y mujeres. Solteros, casados, viudos. Por profesionales o no profesionales. Puede que sólo sea un favor...
Quién sabe. A lo mejor te hace lo que le pidas. Lo que te gusta. Puede que vaya a más, y te enseñe pequeños placeres desconocidos. Puede que... incluso, ni disfrutes. Y tendrás que pagar igual, como di hubieses hecho la compra o ido al cine.
A veces, hay recomendados. Pero como los helados, no a todos nos gusta lo mismo. O la misma. Quizás, ni te excita lo que ves tras sbrir la puerta, o a quién vas a visitar, o has quedado en hotel.
Hay quién se saca su sueldo de esta forma. Hay quién lo disfruta, y, ¿ por qué no? O quizás es un extra.
Los hiper ocupados y sin tiempo o ganas de casarse, ennoviarse o menos pasionales lo hacen. Quién sabe, quizás, tras esa cita en restaurante, se esconde un acompañamiento previo o post acuerdo de negocios.
O quizás, quién te llama puta, sin tú serlo, paga o ejerce como tal.
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