Cuando somos adultos, algunos hemos tenido más historias, relaciones, cambios de salud y algunas historias que gente soltera sin pareja, célibes, personas que sólo han tenido una relación amorosa sexual en su vida o que han quedado viudos sin volver a tener relaciones sexuales. Así pues, tenemos historias, diversas y variadas, algunas que funcionan, otras no, parejas abiertas o cerradas, monogamia o poligamia, cambios de pareja, uno o varios matrimonios a lo largo de la vida... Y no siempre todo ha sido tan básico, llano, son conflicto, saludable, sincero... Y sí, no todo el mundo es claro. No todo el mundo dice la verdad. No todo el mundo ha obrado bien, y no es lo mismo haber abierto el email de tu ex novio y leer algún correo alguna vez en tu vida, que haberte acostado con gente de más de 20 años, haber sido infiel, salir con alguien por el dinero y/o estatus, haber pagado a alguien para estar con él/ella, tener matrimonio concertado por dinero o interés o por descendencia, haber padecido o tener infecciones de transmisión sexual... Y no son temas a evitar o mentir al respecto.
Ser sincero/a o claro es necesario. Ser real. Al final, se acaba sabiendo todo. Desde que si usaste cocaína para esa fiesta sexual, como si has sido infiel en el trabajo, si has estado con más personas de las que dices, si te acostaste con alguien más mayor o menor, si hiciste x práctica o no, si te importan más los valores religiosos, si hay valores morales o éticos más interesantes, si maltrataste a alguien, si mataste y/o violaste a alguien...
Y al final, habrá quién lo vea como una gracia, una anécdota, habrá quién otorgue un perdón o será un drama innecesario a vivir, y mejor conocer a alguien con quién encajar más adecuadamente y ser feliz.
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