sábado, 20 de julio de 2024

La eutanasia, ¿hasta qué punto?

Legalizar la eutanasia es necesario. El uso adecuado de médicos y jueces para sentenciar el fin de una vida en situaciones extremas es una realidad, pese a quién le pese. Pero, ¿lo es para cualquiera, según la opinión de según quién, y bajo la opinión de según quién?

He llegado a leer los últimos meses acerca del uso de la eutanasia como una vía más, una alternativa coherente a legalizar para quién haya sentido deseos de muerte, como si no hubiese profesionales y tratamientos en este planeta para que les ayudasen. Si uno/a no funciona, tratarse con otro. Pero el hecho de desmitificar la muerte y acabar con una vida como si fuese un videojuego en el que resucitas tras un fallecimiento, no lo veo muy claro, no. 

Hay que tener una mentalidad muy criminal y nefasta para otorgar el castigo de la pena de vida a cualquiera que se haya sentido mal momentáneamente, en un periodo largo de tiempo o más de lo esperado, en vez de intentar que se trate con profesionales. Al igual que jugar a ser profesional sin serlo, como si fuesen dioses supremos con la razón absoluta. Tratar a quién se plantea una muerte es una necesidad, pero tratar a quién es capaz de permitir o incluso sugerir la muerte en vez de a un/a o varios profesionales, también. 

No te mates porque te llamen fea o te tengan envidia, o porque no seas la persona ideal del que sale en la tele o te discrimina laboralmente, recuerda que tu vida no está únicamente centrada en esas personas, y que hay mlones de seres humanos, y seguro que hay algunos/as con quién pasarlo bien en vida.


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