sábado, 6 de junio de 2020

Padres e hijos, ¿similares o diferentes?

Es así como muchas veces no los preguntamos, pero no siempre los padres, madres, hijas y los hijos se corresponden.

Tenemos que tener en cuenta que no sólo la genética o biología influye, especialmente en hijo/as que no son propios, adoptados, o acogidos, o los incluso, de donaciones de óvulos o espermatozoides; la educación, valores, formas de ver la vida, ideas, gustos, preferencias, también. Igual que los hermanos y hermanas, tiene personalidad propia, aunque sean mellizo/as o gemelos/as del mismo óvulo y esperma. Y  hay veces, hasta la raza influye, en cuestiones de piel y procedencia, fisionomías y similares, sin que sea racismo o discriminación negativa.

A veces podemos ver como hay madres que esperan que sus hijas sean y hagan y se comporten como ellas desean, especialmente aquéllas que no pudieron o no pueden satisfacer sus deseos, intereses o caprichos; otras veces, los padres son muy permisivos con sus hijo/as, dándoles completa libertad y permiso, cuando quizás deberían tener más en cuenta algunas situaciones o hipótesis (sobretodo enseñarles que hay un marco legal) y que no hay que forzar a que todo el mundo sea como esperan o quieren ello/as, y que la gente tiene personalidad propia (aunque lo dicho, a veces haya que cumplir algunas ciertas normas o restricciones). Otras veces, la imposición de ciertos valores hacen que se rebelen a ello/as, y muchas veces a la sociedad, como es el tema de muchos hombres que no quieren ser padres, o al contrario: a veces se rebelan a la sociedad y se en raigan en ideas familiares no adecuadas, como pudiera ser el fumar sin restricciones.

Siempre hay que tener en cuenta la individualidad de cada persona y gustos propios. Así como hay gente que es más pasional, otra no, otra más estudiosa, otra más social, otros más glotones y otros más deportistas, tiene que haber tolerancia con las personas. Una cosa es que el niño o niña se comporte mal, o no cumpla algunas normas, y se le riña,  y la otra, es que si el niño o niña no cumple las expectativas paternas y/o maternas y se excluya por ello. No será lo mismo el que robe un bolso de la tienda que el que se haya teñido de rubia y a la madre no le guste, porque no le gusta ir teñida.

Analicemos cada caso, cada situación, seamos profesionales o personas, y saber hasta qué punto ha que imponer los propios criterios y hasta qué punto, ser más imparcial u objetivo y dar permiso a la persona que crece a nuestro lado a ser ella misma. A veces, el seguir unas normas ridículas por el tema de los grupos o modas. si no se están de acuerdo, es más banal que hacer lo que uno/a quiere, si no es ilegal o no perjudica a la gente. Pues lo mismo los hijo/as.

Y lo mismo hijo/as con padres y madres. Quizás la abuela de mayor es más adolescente que la propia hija, o el abuelo más solitario que el hijo popular. Y quizás,  aveces, lo/as hijo/as sean más saludables que los padres, o al contrario.

No siempre podemos decir que todo el mundo será igual que su progenitor, ni en apariencia, estudios, profesiones, gustos, personalidad, aunque, por supuesto, haya rasgos y algunas similitudes.

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