La cuestión de hoy: hay mucha gente que es discapacitada por mil razones, y no puede trabajar. Otra gente, lo es, pero pueden hacer algo, cualquier oficio que puedan adaptarse, les guste o no. Algunos, sin tener nada, no trabajan. Nada de discapacidad. Y otros, trabajan, sin ser discapacitados.
Teniendo en cuenta que lo preocupante es gente que sin ser discapacitados no trabajan, ni estudian ni se forman no quieren, no se preocupen, piden al amparo de la ley irrealidades y más, y que incluso, fuerzan una discapacidad para no hacer nada... ¿hacia dónde vamos?
Hace tiempo me vi limpiando y pintando paredes, reedificando, reconstruyendo la ciudad, como un hombre. Yo, feminista, no era eso lo que quería. Pero ya me planteo como segundo trabajo en vez de una segunda intentona de consulta con talleres, charlas, consultorio y role playings, ayudar a las empresas de pintura con rodillos a arreglar y mejorar la ciudad. Pero, pienso que hay millones de personas que, von la chorrada de "me conformo", ya ni se plantean metas, sueños, estudios o trabajo. Y yo no quiero una ciudad selva de muertos borrachos en bares a las 13h alcoholizados dependientes protestando sin hacer, e invirtiendo el dinero en whisky y tabaco, y llamándonos gordos a los que comemos o vamos al cine, o bailamos o tenemos miles de metas.
La vida no es no hacer nada. La vida no es ser un mierda que sólo se queja y no hace nada. La vida no es vivir de un marido o tener hijos para no trabajar. Y la vida es para disfrutar, pero también, hacer.
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