Saber jugar sexualmente es un arte, una diversión y una necesidad. Ni todos servimos para estar con todos, ni todos queremos lo mismo aunque coincidamos en muchos gustos, y, sanamente, no es malo masturbarse antes de ir a dormir o al levantarse pero pedírselo al jefe que te lo haga es no, si no estás casado/a con él o ella.
Sumisiones, dominaciones, juegos, posturas, tactos, empatía, role plays, cambios de ropa, cambios de escenario, respetar los tiempos, conducir al disfrute y placer, gozar, etc son factores a tener en cuenta en el acto sexual. Si bien es sabido que no siempre hay amor (aunque se suele disfrutar de forma más intensa cuamdo hay una atracción superior o existe el sentimiento comentado), el acto sexual debería tener siempre una finalidad divertida y no frustrante, resolutiva y no problemática, interesante y no maltratadora.
Dañar, enfermar al otro física y/o sexualmente, humillarle por su deseo, criticar su sexo a maldad (¡y cuidado que no lo recibas de vuelta!) no son las ideas de diversión. Ética y placer, sí.
Y crear, divertirse, repetir, ¿por qué no?
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