El sabor del semen y de los líquidos vaginales (no voy a entrar en otros existentes) cambian y varían según la persona. La genética es influyente, así como en muchas ocasiones el estado de salud (recordemos que se puede estar resfriado y tener un líquido sexual sabroso o gustoso) pero no determinante. Un factor muy importante es el de la alimentación, ya que influye, así como la toma de medicamentos, anticonceptivos o incluso drogas (tabaco, alcohol, marihuana...). Si bien es cierto que una previa preparación (masculina, femenina, no binario, etc) para un acto sexual previo (sea sorpresivo o pactado) puede influir que se haga una buena desintoxicación, dieta y preparación en todos los sentidos, no es tan factible en un día a día, ya que muchas personas optan por dietas de ayuno y zumos de frutas, y no son ni sanas ni saludables, ni siempre resultan lo sabroso que se espera, con lo cual, en relaciones esporádicas o estables, si bien es bueno avisar o comentar el gusto percibido, no hay que ser tan indulgente con la otra parte si no es lo esperado por no estar siempre "horneado/a" de forma perfecta, y menos, si no hay enfermedad o contagios de enfermedad.
Aunque, sí es cierto, que si alguien solicita los servicios exclusivos económicamente del o la profesional y queda desencantado por el sabor, es lógico que reclame o demande a quién ha pagado por realizarle esos servicios bucales.
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