Hay gente que se jacta tener de todo. De todo tipo de ropa, cosas materiales, fincas, dinero, salud... Y la verdad, bienvenida sea la prosperidad.
Pero, ¿realmente es todo el mundo que se jacta de tenerlo todo, feliz?
Pues no.
Quizás tienen de todo menos amor propio, autoestima, vitalidad, salud, ilusión, fe, alegría, y sobretodo, felicidad.
Nadie lo tiene todo, dicen.
O no son correspondido/as en el amor, o no tienen dinero suficiente, o no se sienten felices cuando se miran al espejo, o les falta alguna amistad sincera, o su vida no es lo que esperaban (hablo de gente afortunada- normal-, no de gente que vive en miseria, o drogodependientes que necesitan rehabilitación, o gente que no sale de sus ideales y no es capaz de ampliar visiones o conseguir las metas que podría fijarse y mantener) y eso, muchas veces, puede conllevar a situaciones insatisfactorias, tristeza y a veces, algunos síntomas o enfermedades serias, así como poder repercutir en otros ámbitos donde quizás todo andaba bien.
A veces hay que pedir ayuda, sea familiares, amistades o conocidos, o quizás, a nivel salud, sea profesionales adecuados a cada persona, y realizar un "trabajo" personal, tratamiento o lo que sea para poder adquirir bienestar (que desde luego empobrecerse o gastarse todo el dinero en compras no es lo adecuado).
Y quizás, algún día, todo lo que cada persona desea y no tiene, a nivel individual, se pueda tener.
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