domingo, 8 de marzo de 2020

El problema de la belleza

Últimamente, y, aunque valoramos las cosas bellas, las plantas bonitas y que las personas sean lo más atractivas y guapas posibles, he estado observando el aumento de narcisismo y sobreexageración de la belleza, que muchas personas están realizando, así como la creciente adicción a tratamientos quirúrgicos, plásticos, o a la inversa, de si alguien tiene una belleza que es más natural y por eso se la debería valorar más.

Vamos, que lo que se supone que es cuidarse, estar bien, lucir bello/as, se ha convertido en una exageración constante de compras, cirugías, hedonismo histriónico, en el que lo superfluo se vuelve demasiado exagerado, olvidando el interior o aquellas cosas que no se ven.

Quizás una persona puede tener una sonrisa bonita y una boca llena de caries. Quizás esa cirugía tan costosa es a la larga, una pérdida absoluta de dinero por recuperar por triplicado los kilos al no ser constante en una dieta o realizar ejercicio, o el valorar antes el llevar una marca cara de ropa que la personalidad de quién la posee, sin que sea en el sentido del negocio, o sólo valorar a las personas por llevar ropas de marcas caras, realizarse tratamientos costosos, o tener un buen físico y no tener un cerebro amueblado o conversaciones interesantes, así como la falta de cuidado, empatía, o aceptación de la realidad, hace que muchas personas pierdan el sentido de la realidad. Y a veces, incluso trabajos, amistades, relaciones amorosas, por no aceptar que una persona es una persona, y no un objeto de decoración, una estatua, la musa del cuadro de un pintor, o la modelo de la foto sin retocar.

¿Cuántas veces la rubia bonita ha perdido amistades por no valorar a personas que no son tan bellas (aunque a veces han sido otras personas quienes han perdido amistades por valorar sólo la belleza de una persona)? ¿Cuántas veces hemos visto que el chico guapo del gimnasio, no es simpático ni atento, y encima, menosprecia a quién es atento/a con él?

Quizás, la belleza es necesaria, nos gusta, la queremos y la deseamos, pero no siempre toda belleza es sinónimo de salud, ni una virtud, y a veces, es mejor poder comer cada día y pagar las facturas, tener pequeños detalles con nosotros, valorar que excesivamente no todo el mundo puede hacerse tratamientos diarios de belleza, y que no siempre es éxito, ni poder, ni placer, ni bondad, ni deseada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Intelectuales, belleza y discapacidad psíquica

Hoy en día el aumento de discapacidad intelectual es altamente llamativo. Si bien antes no era tan alto el número, o no se sabía, hoy cada v...