Si bien es cierto que no todos ni todas servimos ni queremos lo mismo, tampoco servimos para lo mismo. Lo triste realmente no es no servir para algo, porque seguramente podrás servir para otra cosa, es no poder realizar algo que te gusta y se te da bien, por problemas económicos, falta de tiempo o de cooperación y seriedad en los hechos.
Durante unos 10 años he encontrado gente de todo tipo, profesionales y no profesionales, y gente que no tiene los mismos valores que todo el mundo, y que, estamos de acuerdo con la liberta d de expresión, de gustos y valores, pero que no permiten ni respetan las opiniones, gustos y preferencias ajenas. Y no todo el mundo piensa igual. Y es demasiado triste cuando es algo profesional,científico o empíricamente comprobado. Porque una cosa es que hagas o no, y la otra cosa, que se niegue lo comprobado científicamente.
No todo el mundo quiere ver lo que hacen o se contradicen, y que sólo señalan lo que los otros y otras hacen mal, como si fueran personas perfectas sin cometer errores, humillando o negando la realidad. Y no aceptan ni permiten que otro/as, si ello/as mismo/as no lo desean, estudien o realicen investigaciones, innovaciones, o verifiquen hipótesis, hechos, encuentren o apliquen viejas o nuevas soluciones, alternativas o remedios, para una vida y mundo mejor.
Discriminación, mucha discriminación existe, en la que no permiten a personas formarse, perfeccionarse, mejorar, aunque no tenga que ver con el trabajo que realizan, cuando quizás muchas de esas personas son más racionales, útiles y capaces de ofrecernos un mundo mejor, y en la que sólo permiten una vida de disyuntivas, elecciones y sacrificios, cuando podríamos tener mejoras para todo/as. Como si tuviéramos que elegir entre ir al gimnasio o ir al cine, cuando se puede hacer las dos cosas, y a veces, incluir la formación, sea a distancia como presencial, y realizar investigaciones serias, mejoras, y muchas veces, sean las propias empresas, compañero/as o familias las que no lo permitan o dejen. Porque hay empresas en las que si estudias el jefe te mira mal, como si fueras a quitarle el cargo (cuando a veces no tiene nada que ver), parejas amorosas y/o amistades que no valoran los gustos personales o elecciones, e incluso propias familias que no apoyan en los estudios.
Se debería apoyar y ayudar a las personas que sí desean o deseamos seguir estudiando, progresando, indagando, investigando y no por coleccionar títulos o cursos como si fueran los muñequitos de los huevos Kinder de Hello Kitty o los hipopótamos azules, especialmente a muchas mujeres, ya que frecuentemente son más discriminadas en lo que respeta al estudio, ya que no sólo servimos para cuidar niños/as y enseñar el cuerpo en bikini (aunque a muchas nos guste estar guapas, sexies, más delgadas, atléticas, bonitas etc), y aunque a veces parecemos tontas, quizás no lo somos tanto, aunque a muchos hombres no les guste.
Antonia Juanico Mulet.Trabajadora Social.Máster Sexología Promoción de Salud Sexual. Blog sin cobro.
Blog sin ánimo de lucto sobre relaciones amorosas, salud sexual, salud mental, otros temas de sexualidad, trabajo social, etc
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