Si bien en innovaciones, libertad, profesiones, investigaciones, conocimientos, medicina y la creatividad que siempre ha existido, volvemos a una era en la que se exagera mucho todo. Desde lo que son las conversaciones, en las que parece que de forma normal y correcta (ya que no siempre estamos de forma apasionada, ni excitados con cualquiera, ni es el sitio ni lugar) hasta las ideas o formas de pensar, o incluso intenciones que se malinterpretan, a la exageración sexual, la sexualización provocada no adecuada, la inhibición o restricción innecesaria o la falta de libertad o normalidad conseguida entre ambos sexos.
Si bien ya hay gente que por llevar minifaldas, según que escotes, o zapatos fuera del ámbito laboral (porque personalmente pienso que en según qué trabajos un poco de rigurosidad es adecuada y necesaria) son calumniadas o rebajadas sin sentido cuando en según que países existe libertad de pensar, proceder, vestir y relacionarse o no con según quién. O como si según quién fuera una persona que se merece amor incondicional y otra no, y alguien nunca tuviera orgasmos y otro sí, etc
Pues con lo del coronavirus, recortando el tema de los besos, cuando con un test previo la cosa estaría mejor establecida y no habría que censurar lo normalizado, ya que si lo/as alegado/as al sadomasoquismo omiten los látigos por rebajar el riesgo, es buena idea mejor que evitar masajes si las personas están sanas y limpias. El uso del preservativo aumentará, algo de forma adecuada en relaciones tanto estables como pasajeras, algo que deberia haber ocurrido ya.
Pero que por el hecho de salir a pasear solo/as, sin hijo/as, o con ropa que no es el chándal, aunque haya gente que lo haga con el chándal, no estsmos buscando sexo o somos prostitutas. Ni por pintarnos los labios de rojo y leer sobre la materia, sea de forma científica como de ocio.
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