Pues cuesta mucho asumir los fallos propios. A muchas personas, hasta se les cae la cara de vergüenza por admitir los errores que cada uno/a podemos cometer, muchas veces negando u omitiendo, por no tener "mala imagen" o asumir que no se es perfecto/a. Y la verdad, asumir algo que los demás han hecho mal, no es lo propio, ni adecuado, ni lo que toca.
Nadie es perfecto. Pero está comprobado y muy claro que a mucha gente sólo le gusta decir y señalar lo que lo/as demás hacen mal, señalar el error ajeno, y omitir el propio, e incluso, culpar o responsabilizar a otra persona del realizado, como si siempre estuvieran en una posición superior, cuando hasta los y las jefas asumen sus propios errores, equivocaciones, así como los padres delante de los hijos. Por supuesto, personas normales asumen los errores realizados: está claro que alguien ha dejado el rollo de papel de w.c. sin cambiar, alguien se ha comido el paquete de galletas, o alguien ha dejado las cosas sin colocar en su sitio. Y si ya pequeñas cosas o errores alguien no sabe asumirlos, ya existe un problema: hay que asumir los errores, actos realizados.
No es nada malo. El problema es que no se asuma, no se responsabilicen, y no "tonterías" o "chiquilladas", sino errores más graves, que pueden costar el cierre de empresas, problemas más graves, e incluso, muertes. Un accidente lo puede tener cualquiera, pero hay que ver la intención realizada. No es lo mismo que se desnchufe una máquina por error, que desenchufarlo de forma intencionada, por poner un ejemplo.
Somos humano/as, pero a veces, es mejor asumir un error realizado que callar e incluso perjudicar a una persona ajena que no tiene nada que ver de algo que quizás puede ser más grave de lo que aparenta.
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