Así pues, hay situaciones en la que la gente paga por tener relaciones sexuales. Y voy a poner ejemplos realistas y factibles para su contrato:
- La urgencia sexual no encontrada libremente, y con ganas de ser solventada
- Pasar la noche, tarde o mañana con alguien especializado en el tema, con quién saber que hay sexo seguro y placer, que no le importe no tener placer mutuo
- Solventar necesidades sexuales de personas discapacitadas mentales en manos de profesionales
- Personas con enfermedades sexuales o que las han pasado y prefieren un servicio seguro
- Poder estar con alguien con la garantía de confidencialidad y realización sexual
- Poner en prácticas fantasías y prácticas sexuales que no se suelen hacer de forma normalizada (o no conocen personas de gustos similares) o que sólo quieren realizar puntualmente, como la lluvia dorada o un trío con dos mujeres especializadas.
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