La verdad es que hacer a alguien depender es realmente horrible. O al menos, eso creo.
Una cosa es adaptarse, estar juntos, más o menos medida.
Pero hacer a alguien depender de ti, tanto sea en afectivo, económicamente, para salir, divertirse o ser tratado como un/a perro/a a quién educar... Es horrible.
Muchas parejas, tristemente, funcionan con estos sistemas. o creen funcionar... Que alguien mande más, diga que conviene esto o aquéllo, y que si no se le hace caso todo sean enfados, discusiones, bloqueos, recriminaciones, etc uf... Parece que hay muchas personas que optan por depender, decir que sí, llegar a fingir orgasmos o tener sexo sin ganas... sólo por seguir con la pareja amorosa.
No opinar, callar, aguantar, estropearse, seguir la corriente... A veces, puede ser necesario, y más en trivialidades en las que no nos queremos enfadar. Sin embargo, en otras cuestiones, hablar es importante, y no siempre uno/a de las partes manda (porque no siempre es el hombre quién impone o la mujer la sumisa). Y si hasta para poder hablar se debe depender, mal vamos.
No se trata de discutir, pelearse, llevarse la contraria, enfadar al otro, molestar, enfadarse por cualquier cosa, negar, rebajar, humillar, despreciar... Las relaciones sanas amorosas dan cabida a la comunicación, afecto, tolerancia, acuerdos, pactos... Si no estamos en una relación sana amorosa, no sólo la independencia puede menguar, sino, también, la salud, tanto física como mental, y las personas sanas, no queremos eso, no.
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