Sí soy guapa/o , ¿por qué no me quiere?

En estos últimos años, y tras ver tantas catástrofes, cuerpos, heridas, etc hemos aumentado el valor de la belleza. Belleza práctica, tratamientos asequibles, cremas económicas, gimnasios para todos, más citas en peluquería... Hombres y mujeres. Sí, belleza sí. Sí podemos asociarla a Salud, mejor, pero no todo el mundo es sano y hay gente que no es sana pero terriblemente atractiva y adorada.

Y además, muchas veces, con el físico como carta de presentación, el éxito de una posible atracción en cuestiones de pareja amorosa las probabilidades de atraerse y gustarse son altas. Rasgos como unos ojos maquillados, una larga melena brillante, labios carnosos, un cuerpo de Dios o diosa, esbeltez, o al contrario, curvas atrayentes, sonrisas perfectas y un conjunto que podemos valorar como mínimo un 9 debería ser el ingrediente de la garantía del amor.

Pero no siempre la atracción acaba resultando amor. No siempre ese físico 10 nos enamora, o a veces, demasiada belleza nos embarga más que un merengue de chocolate. No siempre esa modelo deseada es querida para más de una noche de amor, o ese perfecto hombre que se cuida es soportable. Muchos hombres han sido capaces de ser infieles a mujeres bellas con otras que hasta nos resultan drogadictas o de poca clase (y sin embargo son súper felices con ellas) y algunas personas se lo pasan mejor con alguien menos perfecta que aquella que sólo se gasta el dinero en tratamientos de belleza y cuidado personal (interesantes, necesarios, pero que puede llegar a ser adicción y obsesión...). Conocí a hombres con dientes negros a quienes han querido más que a casados con traje y corbata apreciados más por su sueldo que por su persona...

No, la belleza puede gustar, pero no siempre enamorar. Y además, es subjetiva. Y a veces, enamorarnos de lo que no es siempre es lo más bello, puede ser una suerte para muchos, garantía de tranquilidad y felicidad, porque lo bello no implica siempre unos valores comunes, gustos o afinidades conjuntas, o el secreto de una fidelidad. No, por belleza no te van a querer como esposa, marido, madre, amiga...Aunque ayuda, no es lo único. Porque no somos estatuas. No somos juguetes. No somos sólo una cualidad, pese a que nos cuidemos.

Pero, estar todos guapos, a su manera y gusto,  de forma sana, la verdad, debería ser una tarea diaria o norma general para todos los humanos, como dormir, comer , ir al baño y lavarse los dientes, entre otras.

Feliz día LGTBIQ+

A pasarlo bien!!!!!!!!

Con preservativos y felicidad eh!!!!!!!!!!

El mal amor, la mala unión, no

Ayer leí esto:

Estoy de acuerdo.

Sin embargo, la dependencia emocional hace que muchas personas elijan estar y seguir con otras personas que, aunque no les aporte, no se gusten interiormente, no sientan atracción o simplemente, no sean compatibles, sigan en relaciones no satisfactorias.

Desde personas que están por el dinero juntas, como por sólo sexo sin amor, compañía por no estar solos, las causas de lo que podríamos llamar relaciones vacías o tóxicas son innumerables. Y sí, lo que antes era normal ruptura, y buscar o esperar en su momento otra persona, hoy mucha gente se empeña en tener y mantener relaciones no sanas para ellos, con algún fin. 

No hablo de cómo en algunos trabajos hay que saber aceptar que hay de todo, y no hay más que intentar llevarse bien y estar todos bien, lo mejor posible. En la familia, siempre se pueden poner límites o distancia.

Pero en otras parcelas, es mejor no coincidir. Y es evitable. Así que, después de ver las incompatibilidades o problemas de algo que no funciona, ¿para qué seguir? ¿Por qué continuar algo que es "no" y maltratarse?

Sigamos. Que por el dinero, vicios o intereses materiales no sea la unión, menos, por el maltrato, menos.

¡No somos bulímicos!

Los juegos de alimentación y digestión son muy tóxicos y peligrosos para la salud 

Si bien hay personas que eligen seguir en la gula, y otros en ayunos no recomendados, hay falsas creencias que, en familias y en sociedad, algunas personas aún creen y hacen uso de ello. Y uno de ellos, fomentar la bulimia para adelgazar.

Si bien hay personas que parece ser tienen problemas con su aparato excretor, sienten vergüenza de ir al baño, a veces, por miedo a ser humillados aguantan, o su "cultura", estilo de vida o religión no acepta el ir al lavabo y expulsar lo tóxico por la parte de atrás, esto puede generar daños corporales negativos. También, para muchas personas, el provocarse vómitos es un acto cometido para adelgazar, lo cual, sinceramente, no lo es, ya que aparte de dañar el cuerpo, provoca lesiones musculares y en órganos, además de muchas veces, ni conseguir el peso deseado, sino lo contrario.

No confundamos la boca con el ano. Si bien en actos como el sexual ambos pueden ser usados, la entrada de la comida se realiza por el orificio bucal donde nos encontramos dientes, lengua, paladar... Y la expulsión siempre debe ser por la parte baja, intentando que sea un hábito más, como comer o dormir, y algo de lo que no avergonzarse como a algunas especialmente mujeres les ocurre, y vomitan creyendo que es más elegante, lujoso y de clase alta...y acaban ensanchándose mucho más de lo que pensamos, por su mala digestión, además de mala relación con la comida.

Trastornos por bulimia, no. Buenos hábitos, sí. Y siempre hay profesionales a quienes consultar con quienes tratarse, aceptarse, curarse, no gurús o actores o pensadores que no siempre están capacitados para intervenir ni son expertos especializados.

La inclusión discriminatoria

Hace unos años, con el COVID, tuvimos unos meses parecidos a lo que es un internado, y aunque muchos de nosotros somos independientes, empezamos a ver cómo la sociedad estaba cambiando a mal, en muchos aspectos, aunque la imagen fuese a bien...

Durante unos años, al menos en Mallorca, en la ciudad, ha habido una discriminación brutal que ha hecho que todo decayera y se ensuciase más de lo debido. 

Pero tratar de incluirnos con una nueva integración educativa igualitaria ha sido un fracaso: comprobar chenofobia, falta de respeto por la diversidad de culturas, imponer religiones, endiosar trabajadores sexuales, prohibir los cumplidos (siempre que sean tolerantes), imponer unas ropas determinadas, sobreponer la piel de un determinado color, repudiar los estudiosos, obligar a desplazarse más lejos de lo pretendido sólo porque a algunos les guste conducir laboralmente, humillar a cambiar de trabajo constantemente, criticar por no llevar las ropas que a según quién les guste como si no pudiésemos tener personalidad propia, permitir ilegalidades laborales a según quién, jugar a la rivalidad en vez de a la tolerancia e independencia, imponer matrimonios sin amor, ridiculizar a las víctimas de violencia de género, querer destruir a las personas por su físico, pagar más a quienes han consumido cocaína...

Esperemos que un día la integración vuelva a ser algo normal, donde las integradoras sean profesionales y no sólo mamás que imponen su criterio erróneo en cuestión de únicos estilos y formas, y haya una libertad de gustos, preferencias, tolerancia, etc como la que teníamos, a veces más, en los años 90.

La mujer ama de casa y sumisa, ¿la que siempre gusta?

Siempre hemos tenido el mito y mentira de que hay un estilo de mujer que gusta al hombre. Ama de casa, cocinera, sumisa, callada, sin opinar, diciéndo siempre lo adecuado, aparentar siempre satisfecha en el sexo aunque no lo esté, sometida a los gustos y preferencias del hombre... Mentira. 

Siempre hay estilos que gustan, características aprendidas o innatas, pero que, afortunadamente, es algo personal en cada ser vivo. Y lo mismo en atracción. Si bien hemos crecido con ideas de que la mujer cocinera, con curvas "en su sitio", gimnasta, y maternal suele gustar, recordemos que no siempre es el ejemplo perfecto. También que, aunque te "comportes" adecuadamente y seas lo que espera el otro, dicen, que es la forma de hacer que el hombre se enamore y se quede contigo. Pues no. 

No sólo porque esté viendo la serie de "Melrose Place" (abre mucho los ojos) y me dé pena ver cómo Jane la perfecta esposa es engañada por Michael el doctor con otra doctora o Amanda la rubia deseada no sea el amor de Billy sino la no tan perfecta Alison, pienso esto. Hay tips y reglas que pueden funcionar, pero no siempre. Hay hombres que, pese a que no sea lo esperado, son más felices con mujeres rebeldes, mujeres a quienes su apariencia no les importa tanto, o al contrario, se sienten nteresados por mujeres de igual estilo, trabajadoras, intelectuales, mientras otros sólo le dan importancia al cuerpo y pelo, sin importar ni siquiera el estado de salud o la maternidad...

Hay que conocerse, conocerle, y a veces, probar. Quizás lo que parece encajar no funciona, mientras a veces, lo contrario se gusta. Hay hombres que perdonan miles de infidelidades con tal de estar con la mujer de sus sueños, otras personas se adaptan, algunas, cambian y otras, como se suponía, sí funcionan. No hay un truco único. Igual que a veces se quiere, y a veces, no. Y a veces se ha querido, a veces se sigue queriendo y a veces, se deja de querer... Lo mejor siempre es disfrutar, y si no, disfrutar por separado, el amor. No estamos para ser atacado/as, infravalorado/as, humillado/as por no ser la perfecta o perfecto de alguien que quizás es menos perfecto, y no sabe ni empatizar ni ver los gustos propios de cada uno/a, y por supuesto, su lógica, propuestas e ideas no se deberán ni de imponer, sino, simplemente, conocer,como algunas teorías freudianas o lésbicas, que están allí, pero no siempre son válidas ni científicas.

¿Follar es de gordos?

Tenemos miles de mitos vigentes, y sí, uno de ellos, que parece que sólo los gordos follan...

Suena mal, triste. Durante estos últimos años, incluso, se ha criticado a personas normalmente delgadas, y sanas, como enfermos, anoréxicos, yonkies, etc Si es cierto que personas consumidoras de drogas y que realizan mucha actividad sexual llegan a estar mucho más delgados de forma insana, con dieta, ejercicio y actividad sexual sana y saludable, también. 

Hay que recordar que no a todo el mundo le gusta todo tipo de cuerpos. Qué a alguien le guste un estilo determinado no es un crimen, e incluso, atracción personal. Pero también es cierto que a veces lo que gusta es la persona, y por eso vemos a tantas parejas que quizás no son similares y se quieren igualmente.  Hay que entender que muchas veces el físico puede ser o no un impedimento para relaciones sexuales, gustar, etc, y, aunque es cierto que hay personas con mayor peso más predispuestas en mayor modo al sexo, también las hay delgadas. Es cuestión de preferencia. Y también que, unos niños de más o menos pueden afectar a la vida sexual, incluso, llegar a eliminarla o dejarla arrinconada, como ocurre con gente obesa, anoréxicos y otros trastornos.

Es cuestión de gustos, preferencias, salud, afinidad, y también, como no, muchas veces, de realizar una buena terapia.

Trata de personas, ¿de veras lo consentimos?

Pues sí.

Consienten tratas en países europeos por parte de ilegales, sean abogados mentirosos, soñadores ilusos, ex novios rencorosos y con mal gusto, discapacitados confusos o gente que hace hipótesis sin sentido ni contraste, incluso, sólo por cómo vistes o si eres más independiente que otras personas dependientes, incluidos falsos policías, seguratas, y maestros que no son maestros...

Y así va. Y van, claro, a juicios y a la cárcel.

Los valores sexuales, según diga x, no

Resulta frustrante ver cómo hay tantas personas son capaces de querer imponer su estilo de vida como único y lo correcto. Aunque varíe según le de, ya que muchas veces, de centran en sus creencias, estilo, experiencias que viven o quieren vivir... buscando una aceptación social excesiva, que no siempre es ni saludable ni compartida ni única.

Ver cómo hay personas que son infieles y lo generalizan, personas asexuales que humillan a quienes tienen relaciones sexuales, anoréxicos  y sus opuestos adictos sexuales que no se tratan, personas que imponen su monogamia o al contrario, una poligamia que no acepta exclusividad y exigen una generalización en vez de que sea una opción más... empieza a ser causa de preocupación.

Inclusión, posibilidades, opciones, experiencias, elecciones, sí. Pero imponer a todos y todas sólo un tipo concreto de amor o sexo o ambos, humillando o faltando al respeto a quién no piensa igual, no quiere lo mismo, exige una igualdad utópica que no existe en vez de comprobar la realidad abierta, diversa y variada, de poder elegir, y no sólo, si no se quiere, una vida sexual igual en toda la vida, ya que quién es cerrado, abierto, variante o, como sabemos, adverso al sexo, sexo con amor, poliamor, etc