sábado, 10 de junio de 2023

La mujer ama de casa y sumisa, ¿la que siempre gusta?

Siempre hemos tenido el mito y mentira de que hay un estilo de mujer que gusta al hombre. Ama de casa, cocinera, sumisa, callada, sin opinar, diciéndo siempre lo adecuado, aparentar siempre satisfecha en el sexo aunque no lo esté, sometida a los gustos y preferencias del hombre... Mentira. 

Siempre hay estilos que gustan, características aprendidas o innatas, pero que, afortunadamente, es algo personal en cada ser vivo. Y lo mismo en atracción. Si bien hemos crecido con ideas de que la mujer cocinera, con curvas "en su sitio", gimnasta, y maternal suele gustar, recordemos que no siempre es el ejemplo perfecto. También que, aunque te "comportes" adecuadamente y seas lo que espera el otro, dicen, que es la forma de hacer que el hombre se enamore y se quede contigo. Pues no. 

No sólo porque esté viendo la serie de "Melrose Place" (abre mucho los ojos) y me dé pena ver cómo Jane la perfecta esposa es engañada por Michael el doctor con otra doctora o Amanda la rubia deseada no sea el amor de Billy sino la no tan perfecta Alison, pienso esto. Hay tips y reglas que pueden funcionar, pero no siempre. Hay hombres que, pese a que no sea lo esperado, son más felices con mujeres rebeldes, mujeres a quienes su apariencia no les importa tanto, o al contrario, se sienten nteresados por mujeres de igual estilo, trabajadoras, intelectuales, mientras otros sólo le dan importancia al cuerpo y pelo, sin importar ni siquiera el estado de salud o la maternidad...

Hay que conocerse, conocerle, y a veces, probar. Quizás lo que parece encajar no funciona, mientras a veces, lo contrario se gusta. Hay hombres que perdonan miles de infidelidades con tal de estar con la mujer de sus sueños, otras personas se adaptan, algunas, cambian y otras, como se suponía, sí funcionan. No hay un truco único. Igual que a veces se quiere, y a veces, no. Y a veces se ha querido, a veces se sigue queriendo y a veces, se deja de querer... Lo mejor siempre es disfrutar, y si no, disfrutar por separado, el amor. No estamos para ser atacado/as, infravalorado/as, humillado/as por no ser la perfecta o perfecto de alguien que quizás es menos perfecto, y no sabe ni empatizar ni ver los gustos propios de cada uno/a, y por supuesto, su lógica, propuestas e ideas no se deberán ni de imponer, sino, simplemente, conocer,como algunas teorías freudianas o lésbicas, que están allí, pero no siempre son válidas ni científicas.

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