Tiene un compromiso, una estabilidad, una formalidad, un día a día con otra persona, pero, de forma abierta u oculta, también quiere estar contigo.
No se cierra a su pareja, pero no va a haber ruptura.
No esperes boda pero tampoco ruptura, ya que puede que haya una estabilidad diaria contigo pero no una formalidad legal, o, si la hay, tú no serás realmente la única pareja de la otra parte, sino que existirá alguien más siempre hasta lo contrario, no imposible de eliminarse, pero poco probable que cambie.
¿Qué hay que hacer? te preguntas. Recuerda que siempre hay miles de soluciones y alternativas.
- Una de ellas acudir a profesionales psicólogos y no amistades que pueden incluso mal aconsejar y quizás provocar si no padeces dolor emocional interno que puede afectar a tu organismo y aspectos de tu vida.
- Discernir, pensar si es lo que quieres, lo que te conviene, si realmente tanto te atrae, si estás dispuesta a asumir consecuencias, si es una recompensa o castigo, etc
- Vivir sin cuestionar ni pensar la situación. Seguir impulsos, deseos, continuar, quizás cambiar objetivos de la relación, etc hasta que quizás haya un momento de planteamiento o dilema.
- No intervenir. No hacer nada. No entrar. Quizás no hay tanta emoción ni sentimiento, o es un juego tóxico para ti. Quizás si no obtienes o vas a recibir lo que esperas, si no es factible la finalidad o son planes mutuos, si no te hace feliz o incluso hace daño, es mejor utilizar la razón y esperar el desenamoramiento, llorar lo que se tenga que llorar y, sea duro o triste o ambos, seguir tu propio camino y tus planes, sola, y ya te volverás a enamorar o si no, hay tanto por hacer que es mejor no estar con quién no quieres o con quien no te da o sientes lo que quieres.
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