jueves, 26 de septiembre de 2024

Uniones sin amor

Siempre nos han contado desde pequeño/as a una gran mayoría de humanos/as que las parejas y familias tienen una base de amor. Las uniones, sin embargo, como las bodas, no son siempre en base a este ingrediente, y muchas veces nos encontramos con que el amor es lo que menos encontramos en dichas relaciones.

El deseo, codependencia, estatus social, estatus económico...son motivos de estabilidad de parejas y familias, así como posibles problemas o malestar de la relación o de los individuos que siguen en ellas, a veces, "por remedio" o elección, ya que hay quién acepta este sistema de vida. Si bien es cierto que realizar actividades placenteras sexuales o no en pareja y divertidas o agradables con la familia pueden crear bienestar oportuno, aunque la felicidad no siempre son situaciones de euforia constante y risas descontroladas (y mucho menos vivir como en el tercer mundo o en pobreza como muchas personas han pretendido hacer creer), la frustración de estar en relaciones inadecuadas o mantener unida una familia que puede funcionar mejor por separado conlleva a síntomas, enfermedades, traumas y serios problemas de salud en el individuo o en los afectados. Tristeza, ansiedad, dependencia, síntomas físicos como dolores inexplicables o trastornos mayores como depresión son consecuencias de ellos, a tratar, peores, que si se mantienen unidos por el entorno social o el deseo de los hijos y familia, o por tener mejor calidad de vida.

También es cierto que muchas veces encontramos a personas que, al haberse adaptado a esas situaciones de forma alternativa, aprenden a conllevar ese dolor o malestar normalizándolo, pretendiendo romper y estropear lo que saludablemente se concebió como bienestar, y haciendo creer que su situación es incluso mejor. Parejas que no creen en el amor, adictos sexuales, mujeres que "retienen" hombres en base a embarazos, familias que no se adaptan, discapacitados que no saben comunicarse y no quieren aprender, y hasta malos tratos verbales, físicos y psicológicos, además de consumo de drogas de forma inadecuada e ilegales son señales de disfuncionalidad. Personas que piensan ser "perfectas" y que pretenden con sus ideas que (aunque a veces encontramos alternativas adecuadas e inclusivas) seamos como ellos/as, deben ser cuestionados y si es necesario, reeducados y tratados, ya que el consumo de cocaína, casarse sin amor o tener hijos para estar bien considerada no es algo que debamos "endiosar" o enseñar e incluir como saludable.

Recapacitemos. Y recordemos que discernir o juzgar para sanar o mejorar no es algo siempre ni cruel ni intolerable.

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