Personas que beben, ya no sólo un brindis, o una copa el fin de semana, sino que no pueden pasar un día sin una copa de alcohol, puede perjudicar en sus relaciones. Y más, en las amorosas. Puede que la dependencia excesiva, los cambios de humor, los problemas sexuales, la posible repercusión en el trato influya.
Y si la persona toma medicamentos, y mezcla alcohol con algunos que no debería realizar la combinación excesiva, peor. Los efectos secundarios, así como posibles efectos secundarios de medicación, pueden desembocar en constantes peleas, formas de comportamiento inadecuados, y problemas graves de salud física y psíquica que también repercuten en el otro.
Una copa un día, en compañía, no es malo. Una copa, a veces, dependiendo el grado, momento, etc no tiene por qué ser perjudicial, pero un constante consumo, una dependencia, un problema no tratado, puede ser causa de ruptura de la pareja.
Y a veces, ese adiós, podía haber sido un problema a solucionar.
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