Hemos innovado. Hemos dado rienda suelta a fantasías, realizado actos, sentido placer de diversa índole, formas, con otra/s persona/s, sola/s, con objeto/s (libros, juguetes...), sustancias legales (e ilegales), Medicina... Hemos abierto la idea de no sólo fantasías, sino realidad y variación. Pero no siempre sigue sin ser real, posible, factible y/o moral.
Se ha olvidado los límites, la ética, la legalidad. También, lo que repercute en nuestra salud, física y/o psicológica. Enfocamos o creamos necesidades, a veces no tan importantes, como base o desencadenante o método para conseguir un premio, así como a veces jugamos con ellas con otros de forma no adecuada, o pretenden hacernos jugar sin querer siempre. Y esto no es sano, aunque sea sexo.
Recordemos que hay limitaciones sexuales. Algunas, personales, según las propias preferencias y gustos de las personas, y otras, ímplicitas en lo que es salud, legalidad, ética, edad, raza animal. Muy debatible, aún se discrepa, aún no está claro, aún no hay según qué limitaciones válidas, o legales, aún algunos tienen conductas y prácticas específicas consensuadas "extravagantes", y aún hoy, alguno/as, más mayores, seguimos siendo más "soso/as" y "aburridos/as" que otro/as más arriesgado/as legal e inmoralmente, pero quizás somos más felices y sano/as.
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